miércoles, 19 de octubre de 2011

Epicuro y la muerte

Acostúmbrate a considerar que la muerte no es nada para nosotros, puesto que todo bien y todo mal están en la sensación, y la muerte es pérdida de la sensación. Por ello, el recto conocimiento de que la muerte no es nada para nosotros hace amable la mortalidad de la vida, no porque le añada un tiempo indefinido, sino porque suprime el anhelo de inmortalidad.

Nada hay temible en la vida para quien está realmente persuadido de que tampoco se encuentra nada temible en el no vivir. De manera que es un necio el que dice que teme a la muerte, no porque haga sufrir al presentarse, sino porque hace sufrir en su espera: en efecto, lo que no inquieta cuando se presenta es absurdo que nos haga sufrir en su espera.
Así pues, el más estremecedor de los males, la muerte, no es nada para nosotros, ya que mientras nosotros somos, la muerte no está presente y cuando la muerte está presente, entonces nosotros no somos. No existe, pues, ni para los vivos ni para los muertos, pues para aquellos todavía no es, y éstos ya no son. Pero la gente huye unas veces de la muerte como el mayor de los males, y la reclama otras veces como descanso de los males de su vida.


Epicuro. Carta a Meneceo

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Instrucciones: Realiza un comentario de texto en donde elabores los siguientes puntos

  • ¿Cómo está relacionada la visión que tiene Epicuro sobre la muerte y una ética hedonista?

  • Si nadie llega a conocer la muerte, ¿cómo es que se torna un elemento primordial para la reflexión filosófica?
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